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A un año del 18-OCT: Sin líderes, propuestas ni estrategias

¿Quién podría desconocer el rol de las RRSS como brazo armado de las comunicaciones del 18 de octubre chileno? Pero a un año del #chilerdespertó, este inmenso canal que levantó #lamarchamásgrandedeChile después de #nofueron30pesosfueron30años dando cátedra de la organización social para proyectar el #chileresiste parece, hoy, haber quedado efectivamente en #cabrosestonoprendió.

Y lo pienso desde 3 frentes:

De Propuestas: convengamos que los dos hitos políticos más concretos de este año, como son #AsambleaConstituyente y #retirodefondosprevisionales fueron arengas previas al estallido y que sólo se redireccionaron en las RRSS post #Covid19.

De Estrategias: porque sino fuera por la necesidad de las miles de #OllasComunes de Chile de estar en las redes, este ítem sería inexistente en la reconstrucción del tejido social glorificado desde las RRSS.

Y de Liderazgos: retorna Longueira, rankean Jadue, Lavín y Mathei e independientes, como siempre, siguen sin tribuna fuera y dentro de las redes.

Así, en un contexto comunicacional vacío de contenido político por una parte, y de alta inoculación de tecnologías, por la otra (77% tienen acceso a internet, 71% usa RRSS -Digital News Repor- y 91.9% tiene acceso a datos móviles -OCDE-), la lección a un año del estallido social chileno es una paradoja: a mayor tecnología de la información, menor tejido social.

Giglia Vaccani

Un buen ejemplo de ello es el epílogo de este primer año del #chilecambió y que representa la campaña del #plebsicito2020, basada en estrategias de marketing digital y métricas donde el discurso breve y provocador, sin contenido, reduce la semiótica de la recostrucción del #nuevochile a bandos en constante descalificación y enfrentamiento; divididos entre pasado y presente; fachos y zurdos; pinochetistas y progres, y un largo etc de hashtag y símbolos del Chile fracturado en dos y del que no hemos podido zafar, en 50 años, pese a los altos estándares de acceso a Tecnologías de la Información para garantizar el desarrollo humano.

Pero, en la Sociedad de la Información, un desarrollo tecnológico garantizado por un Estado y sus entidades económicas afines sin acompañamiento de políticas públicas de alfabetización digital-ciudadano no podrá conducir sino a comunidades más atomizadas y divididas.

Y sin comunicación, análoga o digital, no hay escucha ni diálogo que permita la mancomunidad.

Así, en un espacio de alta infoxicación como son las RRSS, el brazo armado comunicacional del 18 de octubre ha terminado por transformarse en la anticomunicación, con redes saturadas de información, nulas herramientas para diferenciar verdad de mentira y desbordado del populismo digital de los hashtag, más susceptubles a las georeferenciaciones y tendencias grupales que a las ideas y propuestas de nacion país.